Más de 34 millones de estadounidenses se están preparando para temperaturas extremas, y esta semana una cúpula de calor cae sobre la parte occidental de Estados Unidos.

Los meteorólogos advierten a los residentes de California, Nevada, Utah y Arizona que se preparen para temperaturas que alcanzarán alrededor de 40 grados Celsius (104 Fahrenheit) antes del viernes.

Se espera que temperaturas extremas alcancen partes del noroeste del Pacífico más adelante en la semana.

Temperaturas similares el año pasado mataron al menos a diez personas en el suroeste de Estados Unidos. Cuatro inmigrantes que intentaban ingresar a Estados Unidos murieron durante el fin de semana a causa de enfermedades relacionadas con el calor, dijo la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos en Texas.

Los pronósticos indican que las temperaturas podrían alcanzar los 42,2 grados Celsius (108 Fahrenheit) en una amplia franja de California, desde Sacramento hasta Bakersfield.

Sacramento superó los 38 C (100 F) el martes. El año pasado, las temperaturas no fueron altas en la capital de California hasta finales de junio.

El miércoles esta advertencia se expandirá hacia el este desde Las Vegas hasta el área de Lake Havasu City, Arizona.

Algunas áreas del sur de Texas registraron temperaturas que alcanzaron los 47,2 grados Celsius (117 Fahrenheit) el martes.

Se espera que el jueves sea el peor día de esta semana en cuanto a calor extremo.

Los meteorólogos esperan que las temperaturas estén entre 5,5 y 11°C (10-20°F) por encima de lo normal.

Phoenix, Las Vegas, Albuquerque y Fresno podrían ver superados los récords anteriores de altas temperaturas.

Las autoridades aconsejaron a los residentes que se enfrentan a la ola de calor que beban más líquidos, permanezcan en habitaciones con aire acondicionado, lejos del sol y usen ropa holgada.

«Un golpe de calor puede ser fatal», advirtió la oficina del Servicio Meteorológico Nacional en Phoenix en un post el martes por la tarde.

La Agencia de Protección Ambiental de California añadió en una advertencia que los trabajadores al aire libre, los ancianos y los niños son particularmente vulnerables al calor extremo, una «consecuencia invisible pero peligrosa del cambio climático».

Los bomberos de toda la región también están observando ansiosos para ver si el calor provoca algún incendio forestal.

El incendio Coral, que estalló el sábado a unas 60 millas (95 kilómetros) al oeste de San Francisco y amenazó brevemente una instalación de pruebas de armas, ahora está prácticamente contenido.

Pero se teme que las temperaturas puedan provocar nuevamente incendios en los próximos días.

Se advirtió a los residentes del Área de la Bahía de California, que tal vez esperaban escapar del calor visitando las playas locales, que se esperaba que un oleaje del océano noroeste trajera olas de 15 a 20 pies (4,6 a 6 metros) a la costa.

Se recomendó a los nadadores inexpertos que se mantuvieran fuera del agua y a los bañistas que tuvieran cuidado con las olas que podrían arrastrar repentinamente a las personas al océano.

Esta nueva ola de calor llega inmediatamente después del caluroso verano del año pasado, durante el cual Phoenix experimentó 31 días consecutivos de temperaturas de 43,3 grados Celsius (110 Fahrenheit).

Las altas temperaturas de esta semana son fruto de una cúpula de calor.

El área de alta presión empuja el aire hacia el suelo, atrapándolo y calentándolo. Como resultado, las temperaturas pueden aumentar y persistir.

La presión también evita que se formen otros sistemas climáticos que podrían enfriar un área, como nubes de lluvia.

El Servicio Meteorológico Nacional describió el domo de calor que azotó el suroeste de Estados Unidos en julio pasado como “uno de los más fuertes” de su tipo que ha azotado la región.

Un domo de calor que azotó Luisiana y Texas en junio de 2023 mató a 12 personas y envió a cientos al hospital con problemas de salud relacionados con el calor.

Si bien las cúpulas de calor alguna vez se describieron como raras, las olas de calor y las cúpulas de calor se están volviendo más comunes y severas debido al cambio climático causado por el hombre, dicen los científicos.