Piense en la córnea, por así decirlo; la mayoría de las personas no lo harán a menos que tengan un problema. Es la superficie frontal transparente del ojo la que permite la visión enfocando la luz a medida que ingresa. La córnea está densamente llena de nervios multitarea que funcionan para aliviar el dolor, los reflejos de parpadeo y producir lágrimas, todos los cuales son indispensables para el mantenimiento adecuado de la salud de la superficie ocular. Debido a que está altamente inervada, lo que significa que contiene muchas conexiones nerviosas, la córnea es un área clave para comprender las funciones sensoriales.
Pero es la misma complejidad la que ha hecho que sea cada vez más difícil comprender la naturaleza completa de cómo funcionan estos nervios corneales, lo que ha generado importantes lagunas de conocimiento en este campo. Un investigador de optometría de la Universidad de Houston llenará los vacíos mapeando la córnea y proporcionando un análisis integral de los nervios corneales a nivel morfológico, molecular y funcional.
«Estamos desarrollando formas de etiquetar selectivamente las neuronas que inervan la córnea. Estas neuronas constituyen aproximadamente el 1% del número de neuronas en el ganglio del trigémino, que es el sistema nervioso periférico que media en el dolor y otras funciones sensoriales».
Matinha recibió 1,4 millones de dólares de la Universidad de Duke a través del Instituto Nacional del Ojo para explorar nuevos métodos para desentrañar estas complejas redes y descubrir qué nervio hace que las personas parpadeen, cuál provoca lágrimas y qué nervio nos dice que nos duelen los ojos.
Matenia y su equipo utilizan imágenes avanzadas, estudian genes y utilizan computadoras para mapear los nervios corneales. También descubren qué nervios se conectan directamente al ojo y crean un mapa detallado de cómo están conectados todos.
«Estos esfuerzos proporcionarán pistas importantes para comprender la estructura y función de la córnea y conducirán a un mapeo sin precedentes», dijo Matinha. «Los avances en este trabajo estarán preparados para facilitar una comprensión más profunda de la patobiología relevante, incluido el dolor ocular neuropático y la enfermedad del ojo seco, que sentarán las bases para futuras investigaciones clínicas y traslacionales».
El equipo de Matenia incluye a Daniel R. Saban, de la Universidad de Duke, y Víctor Pérez, de la Universidad de Miami.
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