Investigadores de la Universidad Metropolitana de Tokio utilizaron métodos numéricos para modelar las diferencias observadas en las señales de rayos X suaves detectadas por rayos x Satélites.
A modo de comparación, analizaron los datos del telescopio Suzaku y los compararon con el modelado del viento solar que interactúa con las partes superiores de nuestra atmósfera. Lograron capturar cómo las señales de rayos X suaves varían con el movimiento orbital del satélite, con implicaciones sobre cómo hacen predicciones para futuros experimentos con satélites.
papel de entrevista,Se revela el modelado de eventos de intercambio de carga de viento geosolar con Suzakufue publicado en Publicaciones de la Sociedad Astronómica Japonesa.
Las complejidades de la medición del viento solar
En la década de 1990, el telescopio de rayos X en órbita alemán ROSAT comenzó a detectar diferencias significativas en las señales en la parte de rayos X suaves del espectro que duró un día más o menos. Estos eran similares a la corriente torrencial de rayos X suaves del cometa Hyakutake descubiertos más o menos al mismo tiempo.
Se ha sugerido que estos se debieron al viento solar, el flujo de partículas cargadas provenientes del sol y cómo interactúan con los iones neutros en los tramos superiores de nuestra atmósfera o geocorona. Observaciones más detalladas en la década de 2000 confirmaron los espectros que emanan de estos eventos, conocidos como eventos de intercambio de carga de viento solar (SWCX), y el mecanismo en sí ha sido ampliamente aceptado.
Sin embargo, modelar cómo el viento solar da como resultado las mediciones tomadas por los telescopios en órbita ha resultado más difícil. Requiere capturar con éxito los eventos de viento solar, cómo las partículas cargadas interactúan con los átomos neutros y cómo esto afecta la magnetosfera. Además, debe analizarse cómo estos fenómenos se combinan para causar variaciones en las señales observadas a través del tiempo y el espacio por los satélites.
producción exitosa de modelos
El equipo, dirigido por el profesor asistente Yuichiro Izue, reunió estos aspectos para producir un modelo que puede reproducir cómo varían las señales de rayos X suaves con el tiempo.
El enfoque del equipo estaba en los datos de Suzaku, un satélite telescopio de rayos X lanzado en 2005 por la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón. A diferencia de los otros satélites, Suzaku se encuentra en una órbita baja, lo que le permite observar las protuberancias polares de la magnetosfera, donde el viento solar se desvía con fuerza. Lo más destacado del trabajo del equipo no es solo la amplia gama de eventos astrofísicos que pueden juntar, sino también cómo se pueden correlacionar con datos precisos.
El modelo mostró una excelente coincidencia con los datos experimentales, reproduciendo la señal observada hasta en dos factores, lo que es un logro notable en el campo. Además, pueden producirse diferencias particularmente fuertes en la señal cuando la línea de visión de un satélite se alinea con las terrazas polares. Ha habido algunas excepciones notables, como cuando se observó una gran tormenta geomagnética.
Sin embargo, la reproducción exitosa de los cambios es muy prometedora para predecir el resultado de la próxima generación de observaciones de rayos X blandos en el espacio.