Un equipo de paleontólogos ha descubierto un fósil pionero que arroja nueva luz sobre los hábitos alimentarios de las crías de dinosaurio. Este fascinante hallazgo consiste en una cría de dinosaurio con las extremidades traseras de dos crías de dinosaurio en su estómago. El fósil no sólo proporciona una visión única de la dura realidad de la vida durante el período Cretácico, sino que también proporciona información valiosa sobre las estrategias de caza de los terópodos carnívoros.
Según el equipo, el fósil representa el primer ejemplo de contenido estomacal in situ jamás encontrado en un dinosaurio. Antes de este descubrimiento, se sabía poco sobre la dieta de los pequeños tiranosaurios, lo que hace que este descubrimiento sea particularmente importante.
Las presas identificadas dentro de los estómagos de los pequeños tiranosáuridos son los sinagnátidos, que están estrechamente relacionados con los oviraptóridos. El dinosaurio más grande desmembró a su presa, mostrando una estrategia de alimentación común en los carnívoros modernos. Se sugiere que el pequeño tiranosaurio pudo haber tenido una garganta pequeña que le impedía devorar el cuerpo entero de su presa en una sola pieza.
Las patas traseras dentro del estómago se encontraron desarticuladas y dañadas por el ácido, lo que sugiere que las patas de los sinagnátidos se consumieron en eventos de alimentación separados. La masa corporal estimada de la presa indica que tenía aproximadamente la mitad del tamaño de sus homólogos adultos.
Este descubrimiento también proporciona información sobre cómo coexistían en sus entornos los tiranosaurios de diferentes edades. En lugar de competir directamente por el alimento, los dinosaurios juveniles probablemente se centraban en presas más pequeñas, mientras que los dinosaurios carnívoros más grandes cazaban animales más grandes. Esto permitió a los pequeños dinosaurios ocupar la posición de «mesodepredadores», permitiendo al grupo de los terópodos dominar la cadena alimentaria.
El fósil proporciona información invaluable sobre los hábitos alimentarios y las funciones ecológicas de los pequeños tiranosaurios, aumentando nuestra comprensión de estos temibles depredadores del mundo prehistórico. Las interacciones detalladas preservadas dentro del fósil brindan una visión vívida del antiguo ecosistema y la vida de estas criaturas extintas hace mucho tiempo.