Un nuevo estudio encuentra que planetas similares a la Tierra ricos en agua podrían formarse en algunos de los viveros estelares más extremos de la galaxia.
Se cree que nuestro Sol se originó en una guardería estelar donde también nacieron muchas estrellas de gran masa.
Las estrellas masivas emiten una gran cantidad de radiación ultravioleta que empujaría gas y polvo hacia los discos planetarios de las estrellas cercanas, impidiendo potencialmente la formación de planetas rocosos como el nuestro.
Sin embargo, los astrónomos no han podido investigar esto más a fondo, ya que hasta ahora sólo se han encontrado discos de formación de planetas en regiones donde no nacen estrellas masivas.
Ahora, el telescopio espacial James Webb ha podido detectar el primer disco planetario, XUE-1, en dicha región.
Cómo el telescopio espacial James Webb estudia los exoplanetas
«Encontramos abundante agua, monóxido de carbono, dióxido de carbono, cianuro de hidrógeno y acetileno en el interior de XUE-1», dice María Ramírez Tanos de la Universidad de Chicago, quien dirigió el equipo internacional detrás del estudio.
El equipo también encontró polvo de silicato, lo que sugiere que, a pesar de las condiciones extremas, se están formando exoplanetas rocosos.
“Este resultado es inesperado y emocionante”, afirma Ramírez Tanos. «Demuestra que existen condiciones favorables para la formación de planetas similares a la Tierra y los ingredientes para la vida incluso en los entornos más hostiles de nuestra galaxia».