La burocracia de la Unión General de Trabajadores Socialdemócratas de España defiende la guerra israelí en Gaza

Cientos de miles de jóvenes y trabajadores siguen manifestándose por toda España y por el mundo en defensa del pueblo palestino en una ola de solidaridad, que no cesa, sino que crece con manifestaciones cada vez más multitudinarias. Pero mientras trabajadores y jóvenes exigen el fin del genocidio cometido por el Estado de Israel contra Gaza con el apoyo de la OTAN, las burocracias de la Unión Nacional Española apoyan abiertamente la guerra israelí contra Gaza.

Secretario General de la Federación General de Trabajadores, Pepe Álvarez (derecha) [Photo by Montserrat Boix / CC BY-SA 4.0]

El 10 de octubre, Pepe Álvarez, presidente de la Confederación General de Trabajadores Socialdemócratas de España, se unió a una manifestación frente a la embajada de Israel convocada por grupos prosionistas. La manifestación, a la que asistieron sólo unas pocas docenas de personas, fue en apoyo a la agresión militar israelí. En ese evento, Álvarez estuvo junto a destacados miembros del derechista Partido Popular y del partido neofascista Vox, que opera según la tradición antisemita francesa.

Álvarez se reunió posteriormente con el embajador de Israel en Madrid. Explicó en un mensaje publicado en X/Twitter: “Nos reunimos con el embajador de Israel. Mostramos nuestra solidaridad con las víctimas de los ataques de Hamás y exigimos la liberación de los rehenes. Pedimos a Israel que respete a la población civil y avance hacia una solución de dos Estados en el marco del diálogo y de las Naciones Unidas”.

Las reuniones de Álvarez con altos funcionarios israelíes confirman que un movimiento dentro de la clase trabajadora contra la guerra en Gaza sólo puede construirse mediante la rebelión contra la burocracia. Iniciativas decisivas, como la negativa de los trabajadores del puerto de Barcelona a cargar cargamentos de armas a Israel, sólo pueden convertirse en un movimiento internacional más amplio si los trabajadores logran quitar la lucha de las manos de figuras como Álvarez.

Álvarez repite la propaganda genocida del Estado de Israel, de Washington y de sus aliados europeos. Al igual que su declaración, su declaración ignoró el bloqueo ilegal de Gaza por parte de Israel durante 17 años, convirtiéndola en una “prisión al aire libre”, y la opresión sistemática de los palestinos desde que fueron expulsados ​​de sus tierras en 1948 para dejarles paso. El establecimiento del Estado israelí.

Condenar los “ataques de Hamás” es una tapadera para el imperialismo. El 7 de octubre fue testigo de un levantamiento masivo de un pueblo oprimido, un levantamiento que el gobierno israelí aprovechó para iniciar una brutal campaña de limpieza étnica, dirigida contra hospitales, mezquitas, escuelas, ambulancias y familias enteras que huían del norte de Gaza, matando a más de 10.000 palestinos.

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