Escrito por Jay HedgecoBBC News, Madrid
Los españoles acuden a las urnas en unas elecciones generales que les ofrecen la posibilidad de elegir entre dos visiones marcadamente contradictorias.
El líder socialista Pedro Sánchez votó en Madrid y pidió una gran participación.
Primer ministro desde 2018, espera que las reformas sociales del gobierno y su gestión de la economía fuerte atraigan a los votantes.
Pero su partido estaba rezagado en las encuestas respecto del conservador Partido Popular de Alberto Núñez Viejo, que podría terminar necesitando el apoyo de la extrema derecha.
Esta es la primera elección general española en los tiempos modernos que se celebra en el calor sofocante del pleno verano, cuando muchos españoles están de vacaciones.
La votación de los 37 millones de electores españoles continuará el domingo hasta las 20:00 horas (18:00 GMT), aunque unos 2,5 millones ya han emitido su voto por correo.
Figo, de 61 años, generó polémica durante la campaña cuando pareció poner en duda la gestión del voto por correo.
El líder conservador quiere hacer retroceder muchas reformas socialistas. Si recurre al partido Vox para formar una mayoría en el Parlamento español de 350 escaños, supondrá la primera participación de la extrema derecha en el gobierno desde el fin de la dictadura de Franco en 1975.
El líder del partido Vox, Santiago Abascal, es un nacionalista español y su popularidad se ha visto impulsada tanto por la feroz oposición al separatismo y feminismo catalán como por las políticas antiinmigración.
“Esta será una victoria del progreso sobre el atraso, del futuro sobre el pasado y de la verdad sobre la mentira”, dijo Sánchez. «La derecha se centra en decir mentiras y nosotros estamos centrados en regresar».
Desde 2020, Sánchez, de 51 años, ha encabezado el primer gobierno de coalición moderno de España con Unidas Podemos, a su izquierda.
Su administración ha superado la pandemia, una erupción volcánica en la isla canaria de La Palma y el impacto de la guerra en Ucrania, al tiempo que supervisa una disminución constante de la tasa de desempleo y una de las economías de más rápido crecimiento en Europa.
Sin embargo, estas cuestiones surgieron mucho menos durante la campaña electoral de lo que a Sánchez le hubiera gustado. En cambio, enfrentó intensas críticas por la dependencia de su gobierno del apoyo parlamentario a los separatistas de la región vasca y Cataluña.
La derecha ha retratado a Sánchez como un cínico acaparador de poder, dispuesto a dialogar con los enemigos de la democracia constitucional española para permanecer en el cargo.
Figo dijo que si es elegido planea revertir una serie de reformas introducidas por el gobierno de izquierda, incluidas leyes que abordan el legado de la dictadura nacionalista de Franco y facilitan la transición de género. También quiere revisar la nueva legislación relacionada con la eutanasia y el aborto.
Hizo un llamamiento a los españoles para que le den suficientes votos para «poner fin al estancamiento» en la política del país. «Una mayoría fuerte que no necesite depender de los extremistas es fundamental para que podamos avanzar», afirmó.
Estuvo bajo presión en las etapas finales de la campaña debido a su amistad con un famoso narcotraficante gallego, Marcial Dorado, durante la década de 1990. Feijóo dijo que no estaba al tanto de las actividades criminales de Dorado en ese momento.
En las elecciones regionales y municipales de mayo, el Partido Popular obtuvo ganancias mientras que los socialistas y otros partidos de izquierda sufrieron pérdidas.
Sin embargo, para las elecciones generales se formó una nueva plataforma de izquierda, SUMAR, que agrupa a 15 partidos bajo una misma bandera, entre ellos Unidas Podemos. Dirigido por la carismática ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, Somar aspira a asegurarse el tercer puesto por delante de Vox, dando así a Sánchez la oportunidad de formar un nuevo gobierno de coalición.
El Partido Popular y Vox ya han formado decenas de coaliciones y asociaciones de gobierno a nivel local.
Los partidos de izquierda advierten que la victoria de Figo el domingo abrirá la puerta a la entrada de la extrema derecha en el gobierno nacional, haciendo retroceder los derechos de los inmigrantes, las mujeres y la comunidad LGBTQ+.